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sábado, 15 de agosto de 2015

Tato

   

   Era negro… no uno de esos gatos negros de mal agüero sino uno negro espigado, con ojos verde ambarino  y el porte aristocrático que tienen esos gatos a los que la suerte les da un penacho blanco bajo el hocico y calcetines :)... pareciera que llevara zapaticos de charol…

   Joven, fuerte, felino y mimoso hasta el hartazgo… uno de esos gatos a los que les gusta que los mezas y que trepan a tus brazos si al primer intento no los aúpas… Ahora pienso si no intuiría que cada momento contaba, si no sabría que la vida, a veces, es una estrella fugaz y quisiera apurar hasta la última caricia que le brindara…

   Siempre a mi vera, no importaba la hora a la que saliera al jardín… a veces he pensado si no habría brotado de mi propia sombra…

   Era negro... antes de tornar en blanco… como una estrella… como la primera luz del alba con la que debió marcharse… como la nube por la que debe estar correteando...

   Tato...



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