Hace ya tiempo que visito regularmente a May... Es lo de menos, pero me encanta su nick en el foro (Anisnofla) y también el nombre de su blog, "Zarandajas y Menesteres". Cada semana, juego con ella a las adivinanzas y además disfruto contemplando todas las cosas, grandes y pequeñas, que salen de sus manos, escuchando las canciones que a veces se le quedan enganchadas y no puede dejar de tararear o siguiendo las historias entrañables que de vez en cuando nos cuenta :)
El blog de May es como ese rincón
en el que siempre viene bien detenerse un momento y al que siempre viene bien
volver…
Cada verano organiza un concurso
de relatos en el que yo suelo participar y he tenido la suerte de ganar en dos
ocasiones, no tanto por la valía de mis relatos como por la escasez de
competencia. Creo que, a veces, somos demasiado retraídos a la hora de bailar
la pluma, no os parece? :)
En fin, que participar este año
me ha valido conseguir un bordado que me enamoró desde el primer momento en que
lo vi :)
Y como mi blog es también mi
particular “cajón desastre”, he decidido traer aquí mi relato de este año,
aunque sé que muchos ya lo habréis leído. Esta es, por tanto, lo que mis amigas
suelen llamar una “entrada dabas”, pero acabo de perder mi computadora de toda
la vida y de momento, con la nueva no parece que la relación progrese
adecuadamente y hay cosas que me daría mucho duelo perder…
“Fue el paseo…”
El paseo discurría a lo largo de
toda la playa protegido del sol por la sombra de los álamos… cualquiera que
fuera la hora del día o de la noche resultaba grato recorrerlo y dejarse llevar
por el ensueño que provocaba el acompasado vaivén del mar al fondo…
De entre todas las horas, él prefería las solitarias;
le gustaba ver cómo todo despertaba al primer despunte del alba,
sentir cómo hasta los bancos se mecían en la serenidad de la noche
templada y escuchar el borboteo de la fuente mientras el paseo dormía la siesta…
De entre todas las flores, ella prefería las clavelinas… le encantaba buscar,
con los ojos cerrados, la chispa de ese aroma que la había acompañado desde
niña y por eso, cada día elegía el camino del paseo y, en la ida y en la
vuelta, se detenía y retenía un momento de clavelina y banco de piedra…
A él lo atrapó el sereno danzar de los pliegues
de su vestido… a ella el brillo de aquellas pupilas en la distancia…
No fue casual, pero ambos simularon que lo era
cuando un día, en la hora del sol impenitente, él le ofreció su pañuelo junto
al borde de la fuente y ella permitió que aquella seda llevara el agua por la
senda de su cuello… no fue el sol, aunque ambos simularon que lo fuera, el que
tiñó las mejillas de ella e hizo que él, inconscientemente, tirara del nudo de
su corbata… no fue ese día, aunque ambos desearon que lo fuera, fue otro día,
fue el paseo junto al mar… duró una vida…
Mi agradecimiento y mi cariño, May! ♥
Feliz día del Pilar!!! ♥
:)