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sábado, 22 de febrero de 2020

"Sweet Alameda"

   En mi hermosa Alameda, en medio del paseo, siempre ha habido un pequeño y coqueto café por el que las horas han ido pasando en serena y dulce armonía... Testigo de un sinfín de encuentros, cómplice de tantas y tantas miradas, gestos y susurros, el "Sweet Alameda" siempre ha sido un referente, el farolillo cálido y titilante del corazón de la Alameda. Cuántas historias al abrigo de sus ventanales!

   Siempre me ha conmovido la resignada complacencia con la que acogía el rotar de las estaciones; el modo en que sus paredes, plantas y cristales se acomodaban a la eclosión de la primavera o a las tórridas tardes de verano... Me encantaba verlo vestido con su manto de hojas de otoño y ese halo de melancolía y candilejas con el que aceptaba los atardeceres tempranos y desapacibles; o bajo el manto inmaculado de la nieve mientras sus viejas y desvencijadas vigas crujían en medio del crepitar de las estufas... Era tan nuestro, tan perenne y entrañable, que el paso de sus años se nos hizo imperceptible hasta que el envite de la última tormenta  resquebrajó sus celosías haciendo caer la viga sobre las maltrechas mesas de nuestros encuentros y sumió el paseo en el estupor de la pérdida y el silencio del contenido dolor que azotó nuestros corazones.  Algo se murió en el alma de mi Alameda aquella tarde del 16 de diciembre...

   Durante muchos días, pensé que jamás podría volver a recorrer el paseo... durante muchos más, ni siquiera sentí la añoranza de hacerlo... pero pronto volverá la primavera y aunque nunca será lo mismo, para quienes lo conocimos, para quienes nunca olvidaremos sus horas en nuestras vidas, para quienes vibramos y fuimos felices entre sorbito y sorbito de café y bocadito de nata, volver a levantar el "Sweet Alameda" se ha convertido en la más adorable travesía :)

   Aún queda mucho por hacer, pero en el invernadero de Simón ya palpitan los capullos que llenaran de colores la entrada y el pequeño jardín que lo bordea; y Gabriela y yo ya casi tenemos listos los estantes y alacenas que darán vida a su interior. He pensado que quizá os gustaría ver... :)

   Hemos conservado los viejos muebles, aunque después de las horas de lija y los baños de cera cuesta reconocer en ellos los maltrechos restos que rescatamos tras el derrumbe...


  La idea del color fue de Gabriela... en el viejo "Sweet" todo el mobiliario era de madera; sorprende que en medio de tanta sobriedad fluyeran tan apacibles y chispeantes emociones; pero ya que estamos empezando de nuevo, no vi razón para oponerme a esa brizna de color en los muebles... Me encantó el azul que eligió para la alacena...


  Un regalo apresurado no tiene por qué ser menos sentido ni encantador que otro bien planificado, por eso el "Sweet Alameda" contará con un expositor que colmará los anhelos de quien, a deshoras o no, desee llegar a otro corazón y acariciarlo con un trocito de celofán y un lacito de seda :


  Esta vez el verde fue idea mía, aunque la tarta de nata con bizcochos de soletilla sigue siendo la que siempre ha sido; la oferta de dulces en el "Sweet Alameda" resulta tan variada y tentadora que cuesta decidir con cual de ellos acompañar el te, pero quienes os acerquéis a mi paseo por primera vez no dudéis, hay un antes y un después de probar esa tarta de nata con bizcochos de soletilla... :)


  Sé que si venís una vez deseareis volver una y otra más... Será el momento de dudar entre la tarta de trufa, la de mantequilla o la de fresas con nata.....entre el tiramisú, los bocaditos de crema o la tartaleta de frambuesa... 


   Para paladares caprichosos en el "Sweet" siempre encontrareis unos pastelitos con espuma de kiwi que no podréis saborear en ningún otro lugar ni olvidareis fácilmente, y si definitivamente lo que os tienta es el chocolate, solo puedo desearos que lleguéis a tiempo para probar los de cacao negro y albaricoque.


   Y si hace calor? Te frío y tarta de limón!  :)


  Mmn... No se os hace la boca agua? Podéis imaginarlo como lo hago yo? Si cerráis los ojos, podéis soñaros compartiendo un te con dulces y confidencias? Escucháis el trino de los gorriones? Alcanzáis a percibir el aroma de las primeras rosas? ♥


   Pronto podréis hacerlo realidad; ya estamos pintando y empapelando... abriremos temprano para los más madrugadores y cerraremos tarde para que los amantes puedan sonreírse bajo la luz de la luna y leerse poemas de amor entre tacitas de porcelana...   :)


    Cuando el sol llegue para quedarse llenaremos de mimbre la terraza...


   Os aviso en cuanto inauguremos; estáis invitados!!! 


:)

miércoles, 19 de febrero de 2020

A veces llegan cartas...

  A veces llegan cartas... en estos tiempos inhóspitos de nubes sin fondo, extravagantes WhatsApp, escuetos mails y socorridos emoticonos, aún hay días en los que el buzón se llena y te emociona :) Ya no son -que sí son- las palabras que te abrazan desde una nota diminuta o las pequeñas cosas que las acompañan... es el hilo invisible que te atrapa cuando reparas en la distancia que ese pequeño paquete ha burlado hasta llegar a tus manos desde aquellas que, al otro lado del hilo, empaquetaron con tanto mimo y escribieron con tanto cariño... Aún hoy, a veces llegan cartas que saben a felicidad... ♥

   A Drora y a mí nos separan más de cinco mil kilómetros... me cuesta hacerme a la idea, como me cuesta siempre imaginar el verdadero tamaño de las pequeñas cosas que voy descubriendo en su blog... Hay cosas que, aún siendo mediocres, atrapan en una fotografía; en cambio hay otras a las que la cámara no hace justicia... la fotogenia se rige por sus propias reglas. Las pequeñas cosas de Drora, que a mí siempre me han parecido encantadoras, son infinitamente más espectaculares cuando las tienes en la mano, increíblemente más pequeñas, delicadas y perfectas. Hoy me llegó su carta... :) 


   Bombo está impresionado! :) Convencido de que existen los gnomos y los elfos, lo verdaderamente impactante para él es la cantidad de setas que brotan en el bosque de la nuez de Drora :)


  El gnomo parece amigable y afable... quizá lo invite a tomar un tarrito de miel en la casita cuando regrese? :


  Me ha prometido que, si eso sucede, no olvidará restregarse las patas en el felpudo antes de entrar... un osito educado ha de saber comportarse... las zarpas mojadas o embarradas solo abren las puertas una vez; si quieres volver, has de frotar el felpudo... :)


  A Bambalina en cambio le ha enamorado el color de las rosas...


Drora sabe que es presumida y aunque aún es muy joven para ir sola al baile de la arboleda, quizá mañana la dejaré jugar a osita grande en el espejo del remanso... :)




  Qué tarde bonita me ha traído tu paquete, Drora, te doy las gracias de corazón desde este lado del hilo! ♥

  Antes que Drora, fue Carmen la que me llenó el buzón... No nos separan cinco mil kilómetros, pero lo cierto es que entre la orilla de su mar y el norte de mi tierradentro hay un camino que no se recorre cualquier día... de qué si no iba yo a perderme sus garbanzos con callos y todo lo que los rodea... Pero a pesar de eso, entre las dos hay otro de esos hilos mágicos de los que os he hablado y ella se encarga de tirar de él siempre que la ocasión lo requiere y aunque no venga a cuento de nada :)

   Esta vez, además del mítico calendario de "Casa Carmina" que ya marca los días en la casita grande, me mandó galletas y unas pastillicas de caldo de pollo para la cocina de Gabriela... :)


 y unos libricos que colocaré en la estantería cuando Bombo decida que ya los ha leído suficientes veces... :)


   Qué buenos raticos, mija, qué buenos raticos!!! 

:)

viernes, 14 de febrero de 2020

Feliz San Valentín!!! ♥

  Nunca me han entusiasmado demasiado las fiestas de marquesina y anuncio de televisión, pero esta de San Valentín no deja de tener su gracia...  

      Feliz día!!!    :)



sábado, 8 de febrero de 2020

El invernadero

  En el fondo de la Alameda, en un recodo que no se deja ver desde el paseo y protegido del viento por los parterres, siempre ha habido un pequeño cobertizo que vivió cien mil batallas hasta que Simón se decidió a adecentarlo y transformarlo en un invernadero encantador... Allí es donde, en cada cambio de estación, Gilda y Salomón compran los bulbos, las semillas, las plantas y las flores que siempre cubren el pequeño jardín y las macetas de la casita donde crían a su cada vez más numerosa prole.


  La primavera ya se deja intuir y, como el día ha amanecido hoy lleno de luz y de sol, Gilda y Salomón, felices Sr. y Sra. Mais, han aprovechado para acercarse con sus pequeños a la Alameda; el cobertizo de Simón es un lugar lleno de encanto donde los peques no dejan de corretear y sorprenderse y donde siempre les espera Corneta, la gatita blanca que dulcifica los días de Simón...



  Decidirse por estos esquejes o aquellos bulbos no siempre resulta fácil... Gilda tiene muy claro que las lavandas son imprescindibles en su hogar, pero una vez elegidas estas, deja que del resto se ocupen Salomón y los pequeños y ella prefiere esperarlos fuera donde el aire y el sol iluminan los adorables bigotes de la princesita de la casa...



  Os confieso que yo visito el invernadero de Simón incluso cuando no necesito plantas... me encanta recorrerlo y disfrutar de las pequeñas maravillas que nacen y crecen bajo el cuidado y la pericia de sus manos... Flores de mil colores a la espera de ser trasplantadas a los jardines de la Alameda...


los pequeños aperos con los que Simón remueve la tierra y da vida a los capullos más delicados...


sus hierbas aromáticas, los botecitos de abono, el cestillo de las lavandas...


  Siempre conservaré en mi memoria el recuerdo de tantas tardes de verano en las que Simón me ha permitido leer los libros de sus tesoros al abrigo del sol y meciendo las páginas bajo el cuadro de las mariposas...


  Lamento no poder presentaros al artífice de este rinconcito tan acogedor... la visita de los Mais le ha permitido ausentarse dejando a Salomón a los mandos... Simón sabe que puede confiar en él y, en vísperas de la primavera, hay un millón de rincones que atender en la Alameda... 


  A Balita le encantan el perejil y la hierbabuena...


  Perdigón solo quiere las lavandas que le gustan a mamá...


y Balín se llevaría, si se lo permitieran, un millón de flores de cien mil colores que plantaría, si pudiera, hasta en el tejado de la casita donde son tan felices... 


y esa regadera mágica de la que, por increíble que parezca, en lugar de brotar agua, brotan exuberantes Dalias...



   Y poco a poco, casi sin sentirlo, va corriendo la mañana...


 el revuelo de los pequeños atrae como un reclamo a las palomas...


y Gilda, siempre tan paciente, acuna a su pequeña mientras disfruta de una tacita de café con pastitas de canela...



  Es increíble lo dulces que son las horas los sábados de felicidad...


  Pero todo llega a su fin y la luz de las pequeñas farolas avisa de que la aventura por hoy ha terminado y es hora de volver a casa...





  Gilda no lo sabe, pero esos capullos rojos que ya empiezan a abrirse, los está cuidando Simón para ella :) Pronto llega San Valentín... Salomón vendrá a buscarlos y los dejará en su regazo con el más dulce de los besos... Bendita vida, Gilda! ♥



  Y bendita Alameda que siempre cobija nuestras emociones y nuestros sueños :)



  Voy aprendiendo a hacer buenas fotos, eh? :) Ya falta muy poco... Feliz San Valentín!!!

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