Suelen decir que la cabra tira al monte y yo creo que algo hay de eso...
Mi "brote de bitel" me ha llevado a duplicar la escala y a pasar del maravilloso 1:12 al delicioso 1:6. Enfundarse un gancho de 1,75 es como llevar el viento en la popa, te puedes dar el lujo de tejer mirando el paisaje y pareciera que el hilo tomara vida propia... Para una impaciente como yo eso es aún mejor que la canelica en rama que mentaba mi abuela :) Refresca? Pues hacemos una chaquetita antes de salir!
Observen por favor los detalles del top; el sport, a mi modo de ver, nunca debe estar reñido con el encanto :)
Hay fiesta de cumple en el velador de la Alameda? Mañana????? No pasa nada, iremos! :) No se trata de salir corriendo a buscar un vestido de seda salvaje, ojo, solo de poner un poco de mimo y transmitir al anfitrión que su velada es algo especial para nosotros :) Con un 1,75 el acierto y el encanto están garantizados en un tiempo récord :)
O eso es lo que me parece a mi... Sin renunciar a la comodidad, que una cosa no quita la otra :)
Pero la cabra tira al monte... Y no me pidáis que os lo explique porque no sabría, pero de pronto una tarde las manos se van al hilo y al gancho pequeño y se lían en el desespero de los cambios de color y las filigranas y tejen un cachorrillo que quizá, cuando crezca, se convierta en uno de esos adultos a los que no veremos sonreír nunca, que se tomará la vida sin impaciencias y hasta pareciera que con un cierto desdén pero que, de momento, rebosa la ternura y la fragilidad de lo pequeño :)
Si, es una tortuga jamaicana :) y se llama Marley porque así la bautizó mi Vic en cuanto le puso la vista encima :)
No sabemos si es chico o chica... sexando tortugas somos un desastre :)
y la verdad es que nos importa muy poco... lo que nos atrapa de Marley es algo mucho más especial... algo que probablemente solo una "cabra" sea capaz de entender... :)
Lo entiendes tú?
:)