Hace tiempo os prometí que os
contaría cosas acerca de Gabriela... la vida que lleva vivida hasta ahora da
para más de muchas historias, simple y llanamente porque la ha vivido con
sentimiento y con un más que considerable alarde de pasión en no pocas
ocasiones. Por extraño que pueda pareceros y por extravagante que resulte en
este trozo de mundo y en este rincón de la historia que nos toca vivir,
Gabriela tiene conciencia... Creo que todos la tenemos, no?, :) quizá lo que
quiero transmitir es que Gabriela trata de ser fiel a la suya y de
comprometerse con ella. Me consta que, a veces, también se la cuestiona y os
aseguro que enfrenta ese pulso con absoluta honestidad.
No codicia cargos, honores,
poderes, ni prebendas, así que la humildad de la que hace gala es algo que le
brota con absoluta naturalidad.
Cuando se equivoca, su inmediato
impulso es a rectificar porque antes del error su voluntad fue no equivocarse.
Respeta con inquebrantable
convicción, discrepa y acepta las discrepancias sin que ese viento la despeine
y es capaz de conmoverse, incluso ante el más depravado de todos los seres
humanos.
No es rencorosa, jamás he
detectado en ella sombra alguna de rencor... aunque me consta que, ante quien
la traiciona, impone una distancia que luego es muy difícil reducir... supongo
que considera que tropezar dos veces en la misma piedra es un barco en el que
no vale la pena embarcar... Esa tolerancia cero fue la que la llevó hasta ese
avión en el que dejó Canadá, probablemente para no regresar jamás.
Siendo dulce y bondadosa, desprecia
profundamente al prepotente, al tirano, al arrogante y al intolerante, siente
nauseas ante la ambición sin decencia, la deslealtad y la traición. Vomita ante
cualquier abuso, sea hombre o mujer quien lo ocasione o lo padezca, se violente
el cuerpo, la voluntad o la conciencia.
Lo que más me gusta de ella es su impaciencia para algunas cosas porque mi propia impaciencia se reconforta con
su comprensión. Probablemente, para lo único en que su paciencia no se quiebre sea
para no juzgar a quien no ha sido aún condenado. Doy gracias a Dios porque yo
tampoco siento esa prisa...
En fin... que la admiro, que es
mi norte y mi estrella, que quiero ser como ella... Me da tanto!
Si hay algo que lamenta es no
haber tenido hermanas, así que yo le retribuyo compartiéndole las mías, ya sabéis
que tengo tres :)... debe ser porque me llamo Elena... tres
eran tres... Cuando al caer la tarde, el cartel de “Cherubín” da la vuelta y
las luces se apagan, mil veces hemos compartido una infusión, con mis hermanas
en el pensamiento, la risa y el corazón. Casi siempre es la misma escena, la
repetimos como si fuera un rito benefactor; sin necesidad de nombrarlas, ella
dice:
.- manicas tienen, eh?
Y yo le digo:
.- mija, es que ya vamos teniendo
nivel...
Y la risa se ocupa de todo lo
demás, en medio de un increíble aroma a regaliz...
Y jugamos a “zapatito rojo, con
vestido rojo” porque Vic ha llegado al buzón... :)
Y a "tengo una muñeca con zapatito azul", porque solo con un par de zapatos, Vic no va a correos :)
Y a "no hay nada como el punto", porque además sabe tejer y a "no te dejes la maleta, que luego habrá que guardar las botas" porque Azu, mi hermana más colindante me hace "golsos dAragón" :)
Que no son escopetica feria, cuidau! :)
Fijarsen en la cartera :)
Y uno no sabe cómo, pero de pronto brota una flor que atesoraré siempre...
En fin... que sus abrazos me llegan en pequeñas cajicas de cartón cuando más falta me hacen... que a veces me los dan simplemente robándole al cansancio el instante que cuesta escribir "os leo!" o apretar un corazón ♥... Mavaritaaaaaa!!!! :), y que esa es la vida que más me gusta vivir, la que atesoro, la que me cura, la de las inmensas pequeñas cosas de las que tanto saben mis hermanas...
Manicas tenís, mijas! ♥
:)