Esas cosas de las lunas de leyenda nunca han sido de "llegar y pum"; las lunas tienen sus ritmos y sus caprichos y las leyendas no llegarían a serlo si sus designios formaran parte de nuestra cotidianidad. Así las cosas, la luna de la nuez de Brouni se fue tomando su tiempo y en el entretanto la vida también fue dejando su huella...
Pistacho llegó en el primer invierno...
Fue un bebé inocente y adorable...
...que creció demasiado rápido para lo que a mi me hubiera gustado...
Enseguida tuvimos claro que será un osito ilustrado :)
Nunca tuve claro si espabiló porque así estaba escrito o fue porque Pelusa llegó antes de lo esperado haciendo de él "el osito mayor"... :)
Mnn... Esta foto o esta otra?
No... esta!!!! :)
Es tan tierna!
No quiero que crezca!!!
...aunque supongo que va a ser inevitable; ya se sostiene de pie...
y empieza a dar sus primeros pasos...
Bebe los vientos por su hermano :)
Y Pistacho la consiente... :)
En realidad yo había venido a hablaros de la nuez de Brouni... Conseguimos abrirla sin quebrar ninguna de sus mitades una noche de luna llena... No vais a creer lo que encontramos dentro! En la próxima entrada os lo enseño!
:)