My little caravan home

  La verdad verdadera es que yo nunca viajaría en caravana... no sé... creo que me faltarían espacio, orden y aire... sin embargo, sí tendría una caravana en casa... 

  Hace ya tiempo que decidí que yo sí iba a poner mi granito de arena, que yo sí iba a cuidar de mí y de los míos... no hay mejor forma de cuidar de todos que proteger a los tuyos. Hay quien, incomprensiblemente para mí, disfruta celebrando "no fiestas"  o burlando estúpidamente todo asomo de prudencia... yo apuesto por otro caballo y por eso este verano he decidido viajar en el jardín. Os aseguro que está siendo muy, muy divertido... 😀

 

  Tengo tanto que agradecer a esta pequeña "caravan home" que quizá por eso la encuentro bonita por todos sus costados...

 Porque hemos recorrido mil historias adorables sintiéndonos como en casa...

...y hemos estado en casa sintiendo que volábamos hasta el horizonte...

  No fue fácil escoger los colores que nos cobijarían en este verano reconquistado, pero finalmente nos pusimos de acuerdo... después del gris de la primavera decidimos vestirnos con el azul del cielo abierto y el coral de los atardeceres que presagian amaneceres cálidos y luminosos...

...y flores!!! Todas las flores que no pudimos ver brotar en abril...

   Bienvenidos a nuestro pequeño hogar caravana!

  No le falta de nada... tenemos una pequeña cocina, más que suficiente como para calentar el chocolate de la merienda o freír croquetas y muslitos de pollo para las noches largas... con su alacena para guardar las infusiones, el café que solo pruebo yo y los tarritos de miel que devoran ellos y el horno para los bizcochos...

  Con un rincón rodeado de dulces donde charlar y hacer recuerdos en los ratos de tormenta...

...tener muy presente que no estamos en casa por estar en el jardín, sino por dejar latir al mismo paso nuestros corazones...

...y agradecer ese dulce rincón que nos protege...

  Y para las horas perezosas de la siesta o las noches de aventura, el suave y mullido colchón que atrae los buenos sueños...

...con la luna al otro lado de la claraboya...

...los libros y los recuerdos de otros veranos que vivimos y que seguro volveremos a vivir...

...y las cosas que importan ocupando su espacio...

  Y si apetece un refresco? Si apetece un refresco nos lo tomamos fuera...

  Sí... ha sido un verano muy feliz que aún no ha terminado; incluso pienso que este año será mucho más largo que otros porque lo tenemos increíblemente al alcance de la mano... 😊 Lo estamos disfrutando tanto!!! Cantamos las canciones que aprendimos en aquellos días de telecole y otras que inventamos sobre la marcha con acordes de guitarra que quiere y no puede... 😄

...recogemos las lavandas que luego lo llenan todo con esa mezcla de fresco, campo y limpio que nos encanta...

...y los pescadores, pescan...

...y el día va corriendo sin darnos cuenta... como el plácido vaivén de las olas que este año no hemos visto... y da paso a las noches deliciosas en las que el calor da tregua y el reloj deja de correr porque no tenemos prisa... Y correteamos dentro...

...y disfrutamos fuera...

  Una foto para el álbum de los mejores recuerdos? Mmn... Pondría tantas! Quizá esa noche en que nos quedamos a esperar a las estrellas fugaces...

...la noche en la que, con las pezuñas muy apretadas y el corazón ardiente, esperamos a que el cielo de pronto brillara en un instante mágico y fugaz y muy en secreto, para que no se malogre, formulamos el deseo que nos devolverá los veranos del recuerdo a todos... 

  Así sea y así se cumpla!!!

♥